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Miserables

De nuevo un asesinato. En esta ocasión la víctima es un inspector de policía que trabajaba en la lucha antiterrorista, un hombre cuya labor consistía en proteger nuestras vidas. Una vez más, lo han matado los que colocaron la bomba, pero no solo ellos. También gentes que lo conocían, que se cruzaban con él y con su familia en las calles, pero que al mirarlo no veían a un ser humano, sino a un enemigo a quien aniquilar. Ellos informaron a los asesinos de cuál era su coche, les dijeron dónde solía aparcarlo. Siempre ocurre así. Nunca falta en Bosnia un vecino que te señala como musulmán el día que entran en el pueblo las milicias serbias; tampoco, el que avisa a la Gestapo de que tus abuelos eran judíos. Son personas sencillas, quizá honrados trabajadores, puede que padres de familia preocupados por sus hijos, pero un repugnante mal afecta a su conciencia. Cuando te miran, son incapaces de reconocerte como su prójimo. No ven en ti más que la manifestación en carne mortal de una idea, y p...

Irshad Manji. Mis dilemas con el islam

He encontrado mientras revisaba papeles antiguos este recensión que publiqué en su momento en la revista Estudio Agustiniano: MANJI, Irshad. Mis dilemas con el islam , Maeva, Madrid, 2004, 24 x 16,5, 239 pp. Es tan sorprendente como esperanzador que una mujer musulmana se haya atrevido a publicar este duro alegato contra la interpretación dominante y casi única del islam. Frente a las tan bienintencionadas como necias aseveraciones multiculturalistas tan de moda en un Occidente que reniega de su pasado, Manji pone al descubierto los aspectos más opresivos de unas sociedades islámicas atenazadas por el totalitarismo, y desenmascara la complicidad de todos aquellos que, aunque nieguen compartir las tesis más extremistas, guardan silencio ante el terrorismo o lo justifican como una reacción, quizá equivocada, pero en todo caso comprensible, contra supuestas agresiones neocoloniales. Para Manji está claro. Los culpables de la situación de los países musulmanes no son los Estados Unidos, Is...

Los médicos judíos. El antisemitismo en la URSS.

No es esta la primera ocasión en que mis reflexiones giran en torno a la obra de Vasili Grossman. Ahora me centraré en un episodio ocurrido en los últimos tiempos de la vida de Stalin, tal como aparece narrado en la novela Todo fluye . Un día, en algún periódico aparece, entre otros muchos, un artículo en que alguien denuncia que determinada persona, cuyo nombre es inequívocamente judío, ha obtenido un título académico de forma fraudulenta. Hasta aquí nada anormal. Pero pronto se multiplican noticias similares en más y más diarios. En todas aparecen el nombre y el patronímico de los falsarios. En ocasiones, estos parecen rusos, pero en ese caso, se aclara su origen judío. Lo que había comenzado de una manera aparentemente casual, se convierte en una campaña en que constantemente judíos, en su mayoría médicos, son acusados de negligencia en el cuidado de sus pacientes, de indiferencia ante sus sufrimientos o de aceptar sobornos. Es solo un aspecto de la cuestión. Estudiantes con anteced...

Años de plomo

Para la mayor parte de los países europeos y americanos la década de los setenta constituyó una pesadilla a la que cuadra como a pocas la expresión, ampliamente difundida, de años de plomo. A poco que buceemos en la memoria, evocaremos la actividad de las Brigadas Rojas, de la Fracción del Ejército Rojo, del IRA, de ETA, del FRAP, de los GRAPO, incluso del Ejército Simbiótico de Liberación; también del Ejército Revolucionario del Pueblo, de los Montoneros, los Tupamaros, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria o Septiembre Negro. Se trata tan solo de un muestreo sin ánimo exhaustivo. Muchos otros grupos recurrieron a la violencia, con el pretexto de terminar con el imperialismo o el capitalismo. ¿Por qué tantos jóvenes se sintieron fascinados por la revolución? Se mantenía reciente la memoria de las revueltas del 68 y de su fracaso. La Unión Soviética hacía mucho que había perdido toda capacidad de seducción, pero su lugar lo ocupaban los mitos de China, de Cuba y de Vietnam. Incluso...

Por caminos de progreso

Menudearon de manera singular en el siglo XIX los descubridores de las más profundas leyes de la naturaleza y de la historia, aunque justo es reconocer que pocos dejaron una progenie intelectual y política tan numerosa como los creadores del socialismo científico. Esta relativa falta de éxito, de la que quizá la Humanidad haya salido beneficiada, no es óbice para que le dediquemos algunas líneas a uno de los más ilustres, siquiera sea para situar en una adecuada perspectiva al materialismo histórico. Con modestia inequívocamente filosófica y francesa, inicia Comte su Discurso sobre el espíritu positivo . La astronomía, hasta entonces considerada según parece un saber demasiado aislado de los demás, no debe constituir en el futuro, sino un elemento indispensable en un nuevo sistema de filosofía creado —no podía ser de otra manera— por el autor. Este sistema, culminación de los avances científicos de los últimos siglos y cuya instauración universal debe ser la finalidad esencial de la e...

Añoranza del padre

He vuelto, tras varios meses, a la casa en que pasé la adolescencia y una parte de la juventud, el viejo hogar familiar. No el primero, el de la niñez, aquel grande y destartalado de la calle de los Mancebos, desde cuyo balcón disfruté en tantas ocasiones de la espléndida visión de San Andrés −la única iglesia hermosa de Madrid, según leí en un artículo de Corpus Barga−, sino el más pequeño, de Santa Úrsula, La terraza daba a una placita y como el edificio situado al otro lado tenía solo dos plantas, se contemplaba desde ella una vista magnífica, en la que destacaban las cúpulas de San Andrés y de San Francisco el Grande. Hace algunos años derribaron aquella casita y levantaron otra más alta en su solar, con lo que ya solo puede verse, tras una ruidosa plaza atestada de coches, un vulgar bloque de viviendas. En la salita, donde tanto tiempo pasó mi padre tecleando en su vieja Olivetti, artículos sobre los lejanos países que había visitado o sobre los restaurantes en que había comido, q...

Nostalgia del Paraíso

El pasado, contra lo que pueda parecer, no es inmutable, no consiste en una masa de hechos acaecidos que podamos conocer con mayor o menor detalle, sino que, por el contrario, resulta extremadamente dúctil. Indudablemente, en él han ocurrido cosas o, mejor dicho, todo ha ocurrido en el pasado. Ahora mismo, estas líneas según las escribo caen irremisiblemente en el reino del pasado. Es éste un inagotable depósito, caótico e informe, de toda clase de objetos. De entre ellos, como un trapero que rebuscara en el más rico de los vertederos, el historiador selecciona aquellos que le atraen por su brillo o por su presunta utilidad, los recoge con mimo, los limpia y pule con esmero y los eleva a la categoría de acontecimientos. Martínez Marina tras bucear largamente en polvorientos legajos, retornará a su siglo convencido de que los liberales del Trienio no hacen más que actualizar un régimen constitucional vigente ya en la monarquía visigótica y en los reinos altomedievales. Los juriconsultos...