Entradas

Mostrando entradas de junio, 2010

Lágrimas por Gilad Shalit

Gilad, me gustaría dirigirme a ti, pero no sé cómo hacerlo, ya que todo lo que pueda decir inevitablemente sonará falso. No nos conocemos y es improbable que nuestros caminos lleguen algún día a coincidir, aunque quién sabe: nadie conoce las encrucijadas del destino. Solo tenías diecinueve años cuando te capturaron. Apenas unos meses más que yo cuando a comienzos del verano de 1975 me detuvo la policía franquista. Mi experiencia fue dura, pero en nada se aproxima a la tuya. Recuerdo, eso sí, la primera noche aislado en un calabozo, en la espera angustiada del interrogatorio. Lo peor no era imaginar las posibles torturas a que podrían someterme, sino la incertidumbre, el temor de que mi futuro pudiera verse irremisiblemente trastocado. La dictadura, redundante es decirlo, era cruel. Y, sin embargo, pese al miedo y a despecho de la injusticia, pocos días después me veía en la prisión acogido amistosamente y con cariño por decenas de camaradas; recibía la visita de mi madre y de mi padre;