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Mostrando entradas de agosto, 2009

Los que susurran

Los que susurran de Orlando Figes ha sido de mis lecturas de verano. Es un libro largo, de casi mil páginas edificado sobre cientos de entrevistas a supervivientes de la represión soviética. Desfilan en él toda suerte de personajes, desde humildes campesinos desconocidos a miembros destacados del Partido, cuyas vidas se entrelazan en ocasiones de manera sorprendente y, que con sus testimonios, nos permiten adentrarnos en los efectos del terror sobre la vida diaria. Conocemos así un mundo regido por la desconfianza, en el que nadie habla en voz alta por temor a que le escuche un informante y en que todos ocultan sus pensamientos y a menudo su pasado. No existe ninguna intimidad, en unas ciudades en que varias familias se ven obligadas a compartir una misma vivienda y en que generalmente las cocinas, los baños y otros servicios son de uso comunitario. Ni siquiera en el dormitorio pueden los esposos estar seguros de que en la habitación vecina no se escuchan sus palabras. Es un hacinamie

Varsovia 1944

Al cumplirse el 65 aniversario de la insurrección de Varsovia contra la ocupación nazi, me parece oportuno traer al blog esta recensión que publiqué hace tiempo en Estudio agustiniano . DAVIES, Norman, Varsovia, 1944. La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo , Planeta, Barcelona, 2005, 23,5 x 16, 888 pp. En Europa Occidental generalmente entendemos ─incluso en un país como el nuestro, que se mantuvo al margen de la guerra y para el que la paz no supuso el fin de la dictadura─ la derrota del nazismo como una liberación. No nos faltan motivos para ello. Sin embargo, nuestra visión egocéntrica del mundo nos hace olvidar a menudo que lo ocurrido en Europa Oriental y gran parte de la Central nada tuvo que ver con la recuperación de la libertad o la instauración de la democracia, sino que simplemente consistió en la sustitución de un totalitarismo criminal por otro. El Ejército Rojo no liberó Varsovia, ni Praga ni Budapest; sólo sustituyó a Hitler por Sta