Presencia de Utopía
Tenemos los seres humanos la costumbre de acotar el constante fluir del tiempo en eras, edades y siglos. Las fechas dejan a menudo de ser jalones sobre los que situar los acontecimientos de la vida y de la historia, para convertirse en lindes que separan períodos, cada uno de los cuales se nos revela dotado de unas características que lo diferencian de los demás y le confieren una personalidad propia. Tan humana manía, que sin duda obedece a nuestra necesidad de hacer inteligible el mundo para así poder modificarlo, conduce a que en estos años primiseculares nos interroguemos sobre los rasgos distintivos de un siglo XX hace poco abandonado. Cada cual, según su talante, resaltará unos u otros aspectos. Algunos señalarán que los avances científicos y técnicos no sólo han permitido prolongar la vida humana, sino que han hecho que con menor cantidad de trabajo seamos capaces de producir una cantidad de bienes incomparablemente superior a la que podía obtener cualquier sociedad del pasado.