Entradas

Prólogo a "El Móstoles medieval: siglos XI-XV"

Reproduzco a continuación el prólogo que he escrito para el libro de David Martín del Hoyo "El Móstoles medieval, siglos XI-XV", recientemente publicado. En este libro, David Martín nos ofrece el resultado de muchísimas horas de investigación, de un arduo trabajo en archivos a la busca de manuscritos de difícil lectura y árido contenido, documentos sobre muchos de los cuales quizá nadie ha posado la vista durante siglos y que hasta ahora han permanecido como testigos mudos del pasado. Pero eso es solo una parte de la labor. Un testigo aporta muy poco a quien no sabe interrogarlo. Para sacarle partido, es preciso tener una idea de lo que se le debe preguntar, saber distinguir en las respuestas lo esencial de lo accesorio, valorarlas críticamente, contextualizarlas en el tiempo y en el espacio, e insertarlas en un marco interpretativo. Son destrezas inherentes al oficio de historiador. Es mucho, pero no es suficiente. Hay que trasladar lo hallado al resto de los investigadores

Al asalto del Paraíso 1. Los dioses y Dios

Mientras que los dioses paganos formaban parte de una naturaleza cuyas fuerzas vitales, ora sombrías ora luminosas, pero siempre inquietantes, personificaban; en la tradición judeocristiana la divinidad se presenta como algo inefable situado fuera del tiempo y del espacio. Las divinidades homéricas son, obviamente, más poderosas que los seres humanos y hasta se las califica de inmortales, pero eso no implica que su existencia sea eterna ni las hace invulnerables. De las pieles de Afrodita y de Ares mana el precioso icor cuando las desgarra la lanza de Diomedes. Como el mundo, los dioses han emergido del caos primordial a través de la sucesión de generaciones que lo han configurado como cosmos. No plantean exigencias éticas. Odiseo, el favorito de Atenea, es valeroso, pero también cruel y taimado. Al igual que los mortales, los dioses están sujetos a las pasiones, experimentan el deseo sexual, los celos y la ira, y su comportamiento es a menudo caprichoso y vengativo, por lo que convien

Homo sum...

La obra de Götz Aly  Los que sobraban. Historia de la eutanasia social en la Alemania nazi 1939-1945 [1] , publicada en 2013, nos enfrenta, como todas las que tratan de aquel período con un mínimo de rigor, al mal, a un mal pavoroso que anida en lo profundo de nuestra naturaleza. Los que, gracias a Dios, no hemos vivido aquello nos sentimos tentados a creer que el Holocausto o los programas de asesinato de enfermos mentales y de niños discapacitados fueron obra de seres anormales, de una suerte de monstruos inhumanos. Podemos quizá pensar que el pueblo alemán se vio afectado en aquel tiempo por una rara patología cultural. No es más que una maniobra ingenua con la que pretendemos expulsar el mal de nuestra conciencia. Gracias a ella podemos erróneamente creernos a salvo y vivir como si los crímenes no nos concernieran. Frente a esta tentación, hemos de recordar unas palabras que a poco de terminar la guerra le dirigió Léon Blum a Marek Edelman, un superviviente del gueto de Varsovia:  

El octavo círculo: la orquesta de mujeres de Auschwitz

Voy a ocuparme de un pequeño grupo de prisioneras de Auschwitz, la mayoría de ellas, aunque no todas, judías, a las que, no sin vacilaciones y hasta con íntima repugnancia ante lo que se me antoja un sarcasmo lindante con la vileza, cabe calificar como privilegiadas. Me refiero a las integrantes de la orquesta femenina de Auschwitz. Por una siniestra paradoja, señalada por Primo Levi, solo en aquellos campos de la muerte carecía de vigencia la prohibición general de que los judíos interpretaran piezas de compositores arios [1] . Fania Fénelon había estudiado piano y gozaba en París de cierta fama como cantante, lo que facilitó que fuera destinada a la orquesta que, en aquellos momentos, dirigía Alma Rosé. Años después recordó su experiencia en un libro que tituló Souris pour l’orchestre ( Tregua para la orquesta ), al que me referiré a lo largo de esta intervención. La música, recuerda, debía acompañar la salida y el regreso de los Arbeitkommandos . Tocábamos «para marcar el compás

La degradación del bosque amazónico: una amenaza global

Conferencia pronunciada el 20 de abril de 2023 en el Museo de la Ciudad (Móstoles) En la actualidad las evidencias de que el clima de nuestro planeta está cambiando a un ritmo acelerado son abrumadoras. La temperatura media de la tierra ha aumentado en 0,9 ⁰C en poco más de cien años, en el Ártico se reduce la extensión de la banquisa, en Siberia se deshiela el permafrost , en los Alpes retroceden los glaciares y en las costas aumenta el nivel del mar. Son solo unos pocos ejemplos de fenómenos cuantificables y ampliamente estudiados. Observamos también cómo se alarga la duración de los veranos y cómo las olas de calor y las sequías se hacen más frecuentes e intensas, sin que eso excluya súbitas invasiones de aire extremadamente frío y ocasionales nevadas de una intensidad desconocida, fruto de las perturbaciones originadas por el calentamiento en la circulación general atmosférica. Ciertamente, el clima no es una realidad estática. Ahora somos capaces de reconstruir de manera bastant