La biblioteca

La biblioteca es un lugar encantado en el que miles de personajes mantienen, como crisálidas, un estado de vida latente, a la espera de que nuestra mirada rompa el hechizo y los transforme en espléndidas mariposas. Un libro nos conducirá a las heladas soledades del Gran Norte y otro a las ardientes arenas del Sahara. Tomemos uno cualquiera. Quizá el azar nos depare seguir a Marlow hasta el corazón de las tinieblas o deambular junto a Fortunata por el Madrid de nuestros bisabuelos; sufrir con Ana Ozores la asfixiante presión de hipócritas convencionalismos o vagar a la ventura, en busca de menesterosos y oprimidos a quienes ofrecer la ayuda de nuestro brazo; puede que recalemos en el hostil puerto de los lestrigones o que nos retenga la belleza de Calipso. Cada libro es un pasadizo que desemboca en un mundo distinto. Una vez que nos adentramos en él, comenzamos a escuchar el latido de otros corazones y a vivir experiencias que de otro modo nos hubieran sido negadas. Incluso, a menudo, nos encontraremos con ideas que hacía tiempo bullían en el fondo de nuestra conciencia, pero no alcanzaban a expresarse. En la biblioteca yacen dormidos el saber y los sentimientos de las generaciones que nos precedieron, sus esperanzas y sus tribulaciones, sus venturas y desdichas.
Al abrir un libro, acaso observemos que lo cubre una tenue capa de polvo y al hojear sus páginas, quizá percibamos un extraño aroma. Son restos de las emociones que provocó en aquellos que lo leyeron antes que nosotros. No intentemos disiparlos. Sería inútil, pues pronto ocuparán de nuevo su lugar, aunque, si permanecemos suficientemente atentos, notaremos que no son exactamente los mismos, pues a ellos se habrá unido, también de manera indeleble, nuestra huella.
Nadie abandona una biblioteca sin haberse transformado, sin que su espíritu se haya enriquecido con alegrías y tristezas, amores y desengaños. Imaginadas vidas ajenas hallan un hueco en su memoria y de esta manera se incorporan a su ser en tal modo que ya nunca podrá desprenderse de ellas.

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