Un libro sobre Job
SEGARRA, Rodrigo, Dr. El libro de Job en Unamuno. La casa edificada sobre arena, Editorial Clie, Barcelona, 2004, 2 x 13,5, 323 pp.
El Señor sometió a duras pruebas a su siervo Job, pero en su infinita bondad le ahorró la lectura de este libro. ¿Para qué fatigarme en el vano intento de describir su penoso estilo cuando puedo citar textualmente una frase?
“Una fasciolaria filamentosa custodia celosamente el apógrafo que con amorosa ilusión mi madre realizó de este informe” (p. 35).
Lo peor es que no hemos hecho más que empezar. Poco más adelante nos encontramos con que para apoyar con argumentos de autoridad la profunda constatación de que la vida cambia continuamente para bien o para mal, el doctor Segarra recurre nada menos que a Heráclito, Bernard Malamud e Imre Kertész. Gracias a Dios no ha reparado en que hoy ha amanecido, pues se hubiera visto obligado a mencionar, cuando menos, a Tolomeo, Copérnico, Kepler y Newton. Poco más cabe decir, salvo quizá felicitar al autor: casi con seguridad ha batido el récord mundial de citas a pie de página. Puede que el lector se sorprenda, pues no he hablado para nada del tema que da título al libro. Si le interesa hará muy bien en leer el libro de Job y las obras de Unamuno, pero la lectura le será de mayor provecho y deleite si olvida la obra del doctor Segarra.
El Señor sometió a duras pruebas a su siervo Job, pero en su infinita bondad le ahorró la lectura de este libro. ¿Para qué fatigarme en el vano intento de describir su penoso estilo cuando puedo citar textualmente una frase?
“Una fasciolaria filamentosa custodia celosamente el apógrafo que con amorosa ilusión mi madre realizó de este informe” (p. 35).
Lo peor es que no hemos hecho más que empezar. Poco más adelante nos encontramos con que para apoyar con argumentos de autoridad la profunda constatación de que la vida cambia continuamente para bien o para mal, el doctor Segarra recurre nada menos que a Heráclito, Bernard Malamud e Imre Kertész. Gracias a Dios no ha reparado en que hoy ha amanecido, pues se hubiera visto obligado a mencionar, cuando menos, a Tolomeo, Copérnico, Kepler y Newton. Poco más cabe decir, salvo quizá felicitar al autor: casi con seguridad ha batido el récord mundial de citas a pie de página. Puede que el lector se sorprenda, pues no he hablado para nada del tema que da título al libro. Si le interesa hará muy bien en leer el libro de Job y las obras de Unamuno, pero la lectura le será de mayor provecho y deleite si olvida la obra del doctor Segarra.
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